Propuesta de Tercero Medio A
Como sabemos la adolescencia es una etapa complicada y difícil en donde estamos en busca de nuestra identidad y de quienes somos como personas. Por lo mismo necesitamos orientación de cómo asumir este periodo que nos llega de repente, si bien nadie nos puede enseñar a como ser adolescentes si pueden entregarnos información y facilitarnos la ayuda necesaria para que esto sea lo más ameno posible.
A lo largo del territorio nacional hay una carencia de preocupación sobre las enfermedades que afectan el bienestar biopsicosocial en la adolescencia, esto muchas veces se debe a un déficit de información sobre lo que ocurre en la juventud.
La depresión, trastornos alimenticios, abuso sexual y el consumo excesivo de alcohol y drogas es algo común entre los jóvenes pero ¿es normal? No. ¿Hay una preocupación por parte del Estado? Si es que la hay debería hacerse notar.
Esto ya es algo habitual en la adolescencia pero eso no significa que se deban normalizar ni mucho menos invisibilizar, muchas veces los jóvenes o padres no saben a donde o a quien recurrir en estos casos. Muchas de estas enfermedades son psicosomáticas como lo es la depresión, la ansiedad, la anorexia, la bulimia y muchas enfermedades más que conviven con muchos adolescentes. Esto no solo puede afectar nuestro bienestar psicológico, perjudica en los tres factores que influyen en nuestro bienestar.
Causando grandes y preocupantes cifras anunciadas por la OMS (Organización mundial de la Salud) se calcula que en el 2015 murieron 1.2 millones de adolescentes, es decir, más de 3000 al día, en su mayoría por causas prevenibles o tratables. Y si vemos esta situación a nivel país, según estudios del Ministerio de Salud, en el grupo de adolescentes entre 10 y 14 años, la tasa de suicidios aumentó de 1.0 por 100.000 en el año 2000 al 1.9 en 2009, y en el grupo de 15 a 9 años, pasó de 8.6 a 11.4 por 100.00 jóvenes.
A pesar de que el gobierno a tratado lidiar con esta situación creando un plan para luchar contra este problema social, pero el gasto público en patologías mentales se sitúa en torno al 2.5% del presupuesto que se dedica al área de salud, la mitad de lo que otros países del entorno dedican y es prácticamente insignificante si se tiene en cuenta el 15% que, en otro extremo de la tabla, dedica Canadá. Según las cifras que indican estudios que se hicieron en el año 2016.
Por lo que deberían generarse políticas en la que se establezca un plan que permita ayudar a cada joven que padezca alguno de estos problemas, también dedicar al menos el doble del presupuesto que se le dedica a enfermedades de este tipo. Además implementar programas a lo largo de Chile las cuales permitan informar y prevenir a los adolescentes y comunidad en general sobre estas patologías, que hacer, como tratarlas y maneras de lograr evitar que las cifras de suicidio sigan subiendo.
Estas enfermedades son comunes en la adolescencia pero eso no significa que se deban invisibilizar ni muchos menos normalizar. En mi corta vida y mi escaza experiencia como adolescente he notado como la mayoría de la sociedad se queja de nosotros, diciendo que somos unos revolucionarios sin un fin en común, que solo estamos necesitados de atención y que nuestro único deber es estudiar.
Esta propuesta no busca hacer una crítica a la comunidad, esta propuesta tiene como fin de que Chile nos empiece a tomar en cuenta, que no nos silencien porque tenemos una voz y queremos, necesitamos, ser escuchados.
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