Cuidados y servicios socio-sanitarios para las Personas Mayores

El problema que se quiere solucionar es:

Proyecciones demográficas indican que la población con necesidad de cuidados aumentará notablemente en los próximos años, ya que las personas mayores experimentan con frecuencia cierto deterioro de sus condiciones de salud física y mental y un debilitamiento de sus redes sociales. Si bien la necesidad de cuidados hacia las personas mayores dependientes, crece tanto en Chile como en el resto de la región, en general, las sociedades no han creado los mecanismos adecuados para enfrentar este fenómeno y sus consecuencias.
Con respecto a las necesidades de cuidado de las personas mayores, la Encuesta Nacional de Dependencia de Personas Mayores , estableció que un 24,1% de los chilenos de 60 años y más tiene dependencia, lo que equivale a cerca de 405.539 personas. Si se consideran los grados de dependencia utilizados en el estudio, se tiene que un 12,4% presenta dependencia severa y 5% dependencia moderada y 6,6% presenta dependencia leve.

La causa de este problema es:

En materia de cuidados, no existe una política integral en materia de cuidados para personas con dependencia, los programas son diversos, descoordinados entre sí, con muy baja cobertura y sin una mirada a largo plazo de la temática.

La propuesta para solucionar este problema es:

1. Es fundamental que desde las políticas públicas se promueva un sistema integral de protección para las personas mayores dependientes (física y/o mentalmente) y que impulse la creación de nuevos dispositivos de apoyo, donde la institucionalización en una residencia sea la última opción. Deben promoverse fuertemente y apoyar con recursos la creación de Centros de Día y de Programas de Atención Domiciliaria, pues la persona mayor permanece inserta en su hábitat, con su familia, en sus redes.

2. Mejorar la coordinación de todos los sectores que integran el continuo de los servicios de prestación de cuidados, desde la prevención, promoción y rehabilitación, hasta los servicios de atención paliativa y a largo plazo, incluidos los servicios de asistencia social y servicios comunitarios.

3. Capacitar recursos humanos para labores de cuidado. Proporcionar a las familias y otros proveedores de cuidados informales, capacitación, asesoramiento, cuidados de respiro, asistencia financiera, social y psicológica. Asimismo educar a los equipos profesionales y técnicos para garantizar niveles de calidad y éticos en la atención.

4. Los cuidados ofrecen una red de seguridad a las personas mayores y las protege a ellas y a sus familiares, por ello es necesario fortalecer los mecanismos de reconocimiento oficial de la labor que desarrollan los proveedores de cuidados informales: leyes que respalden la modalidad de trabajo flexible, las licencias, pagos en efectivo por los servicios prestados. Además, considerar la inclusión de esos titulares en el régimen de la seguridad social, con particular atención a las mujeres mayores.

5. Si bien es indiscutible el avance en el diseño e implementación de los programas centros diurnos y cuidados domiciliarios, la creciente demanda de estos servicios los hacen aún insuficientes. Estudios señalan la necesidad de desarrollar acciones que incrementen la calidad de los servicios de cuidados. “Los centros diurnos y cuidados domiciliarios, presentan un bajo per cápita, lo que tributa –entre otras cosas- en la tercerización de servicios con bajos estándares de calidad y escaso asesoramiento técnico, dada la heterogeneidad de los dispositivos y la escasa capacidad técnica instalada en las regiones del país, respecto de estos modelos de atención. (Miranda y Caro, 2015). Además, estas iniciativas carecen de un componente territorial que permita apuntar a la pertinencia de los servicios a las particularidades de las regiones del país y de los gobiernos locales, que son finalmente quienes implementan ambas iniciativas a lo largo del país. El diagnóstico que realizan los mismos profesionales de algunos municipios de la Región Metropolitana, por ejemplo, es que la institucionalidad para las personas mayores está poco relacionada con la realidad local, y sus metodologías son rígidas, dejando poco o nulo espacio para la adaptabilidad e innovación. (Caro 2014).

6. Incluir los cuidados paliativos en entornos de cuidados domiciliarios y cuidados institucionales, ayuda a evitar hospitalizaciones innecesarias y costosas al final de la vida.

7. Promover acciones que contribuyan a generar condiciones de empleo para los cuidadores y el desarrollo de tecnologías para satisfacer las necesidades de las personas mayores con una pérdida importante de su capacidad funcional.

8. Promover derechos de las personas mayores y sus cuidadores para evitar situaciones en que las personas dependientes reciban un trato despersonalizado, degradante y abusivo.

9. Crear un cuerpo legislativo único que regule el cuidado de personas mayores con dependencia.

10. Dictar una ley que asegure la subvención estatal a los ELEAM (Establecimientos de Larga Estadía para Personas Mayores), Centros de Día y Programas de Cuidados Domiciliario, para darles continuidad en el tiempo y que no dependan de la voluntad del gobierno de turno.

11. Ampliar la cobertura y monto de la subvención SENAMA.

12. Incluir la “Canasta de Prestaciones de Salud ELEAM” en el sistema de Garantías Explícitas de Salud GES, para que este puede ser aplicable a todos los establecimientos de Larga Estadía de Adultos Mayores.

13. Más que enfocarse en la construcción de más ELEAM estatales, el Gobierno debiese apoyar a las organizaciones de la sociedad civil que cuentan con la experiencia, flexibilidad y vocación para prestar ese tipo de servicios.

En un plazo de

4 años