Propuesta nº394
Esta es una propuesta de Vivienda Local
El Ministerio de Desarrollo Social mostró un déficit cualitativo declarando que en Chile existen cerca de 1 millón 2 mil viviendas que requieren ser mejoradas, reparadas y ampliadas. Además, demostró que el punto mayormente abandonado dentro de las políticas habitacionales es la calidad.
Falta de políticas que promuevan la confianza del Estado hacia profesionales y beneficiarios que se materializa en la necesidad irrevocable de que exista un gran inversionista quien asuma el riesgo, regule y ponga límites al proyecto.
Según la escala de los proyectos, podemos definir dos canales en los cuales trabajar una mayor participación activa. Primero definamos la “participación activa” en el contexto del Fondo Solidario de Elección de Vivienda, como la acción del beneficiario de subsidio, de ser parte con deberes y obligacoines, en el desarrollo y ejecución de su proyecto de vivienda, junto con el resto de los actores.
1. Cooperativismo. Por una parte conocemos las vallas que han tenido que ir sorteando las cooperativas, para ir recobrando la importancia que en un momento llegaron a tener en nuestro país. Dificultades que se ven reflejadas en la falta de información e incentivos, pero principalmente en el financiamiento por parte de la banca tradicional. Creo que potenciar políticamente esta materia, podría nutrir de transparencia y participación real a los ciudadanos, quienes podrían compartir el riesgo que hoy pueden asumir sólo quienes cuentan con un gran capital. De esta forma, incluso se incrementarían en cerca de un 35% los recursos a utilizar en los proyectos, lo que además significaría un aumento en el estándar.
2. La “Autoconstrucción Asistida” La “ Autoconstrucción Asistida”, es un proceso muy similar al cooperativo, pero en escala menor, lo que lo hace muy fácil de mejorar al corto plazo. Esta es una metodología muy potente, que ha podido reaparecer gracias a los espacios que no han logrado ser cubiertos por el estado ni el mercado en los diversos procesos de reconstrucción que ha vivido nuestro país desde el 2010. Este consiste en un trabajo en conjunto entre las familias y un profesional o equipo de profesionales, quienes juntos desarrollan y ejecutan un proyecto de arquitectura que responde a las necesidades específicas de cada familia y requerimientos del entorno, pudiendo ser utilizada en construcciones en sitio propio y densificación predial. Esta es una forma de trabajo muy dúctil, que se puede acomodar incluso en las condiciones más desfavorables, por lo que ha servido de herramienta para dar respuestas exitosas incluso en las condiciones más extremas, y todo con los mismos recursos que las otras soluciones. Los beneficios de esta forma de trabajo son muchos, ya que es lo que más se acerca a la democratización del servicio de la Arquitectura, añadiendo valores como la participación activa y la confianza entre las familias, los profesionales y el estado. Es un proceso donde todos asumen una responsabilidad en beneficio de una vivienda que se ve maximizada en recursos, calidad y cuálidad, logrando como resultado soluciones definitivas, en las cuales los beneficiarios no van a tener que caer en los problemas de la “Autoconstrucción” para acomodarla a sus necesidades, no requieren postventa, ni una reinversión del estado para solucionar futuros problemas cualitativos. Además es una alternativa que fomenta la densificación predial, disminuyendo los asentamientos irregulares, la segregación habitacional de los proyectos inmobiliarios, promueve el fortalecimiento de los barrios y la integración a través de redes de trabajo, ya que son los mismos beneficiarios que junto a familiares y vecinos trabajan en la construcción de las casas.
La correcta modificación de un par de artículos que impiden que “Entidades Patrocinantes” estén dispuestas a hacer este trabajo, y las familias se ven obligadas a buscar la alternativa menos mala en el marcado inmobiliario de viviendas sociales:
1. El artículo 31 del D.S. 49, (V. y U.)
2. El artículo 3, número 2) de la Resolución Exenta N° 1875, (V. y U.).
Y la realización de una mejor resolución que regule la ejecución de estos proyectos, puede llevar a que exactamente con los mismos recursos se pueda dar un primer paso hacia la “participación activa” y la confianza dentro de las políticas habitacionales, lo que se vería reflejado en proyectos que no solo maximizan sus resultados en el monto asociado a las utilidades de la empresa de la cual se prescinde, sino que además se le suma un valor agregado que es el diseño único, el cual resulta beneficioso en calidad y cualidad del valor de uso de la vivienda y además incrementa el valor de cambio del inmueble en el tiempo. A modo de conclusión, creemos que para mejorar la vivienda existen dos caminos, uno más lógico, que es el de subir los estándares técnicos, aumentar los recursos y mejorar la fiscalización; y la otra, es devolver la confianza a las políticas habitacionales y abrir las puertas para el desarrollo de los profesionales y los mismos beneficiarios.
2 años
Según la escala de los proyectos, podemos definir dos canales en los cuales trabajar una mayor participación activa. Primero definamos la “participación activa” en el contexto del Fondo Solidario de Elección de Vivienda, como la acción del beneficiario de subsidio, de ser parte con deberes y obligacoines, en el desarrollo y ejecución de su proyecto de vivienda, junto con el resto de los actores.
1. Cooperativismo. Por una parte conocemos las vallas que han tenido que ir sorteando las cooperativas, para ir recobrando la importancia que en un momento llegaron a tener en nuestro país. Dificultades que se ven reflejadas en la falta de información e incentivos, pero principalmente e...
Si te gustó ¡apóyala y compártela! Así todos/as tendremos voz en las elecciones de este año.
Si por el contrario, encuentras que esta propuesta viola los "Términos y Condiciones" para la creación de una propuesta, ayúdanos reportando esta propuesta.