Compromiso

Hasta ahora, SENAMA sigue siendo un servicio pequeño, con presupuesto y atribuciones reducidas y cuya institucionalidad no es suficiente para dar respuesta de manera oportuna e integral en materia de políticas públicas para la vejez y envejecimiento en nuestro país. Cuando se dictó la ley 19.828, la mirada hacia las personas mayores era una mirada asistencialista y paternalista que no consideraba al adulto mayor como un sujeto de derechos, titular de derechos y deberes, capaz de tomar decisiones y de participar activamente en la sociedad.

2. Entregar a SENAMA todas aquellas atribuciones que se requieran para convertirse en el órgano referente y articulador en las políticas públicas de envejecimiento y vejez.

3. Entregar al SENAMA facultades de fiscalización a programas que se encuentren dentro de su ámbito de acción (hoy cuenta solo facultades de supervisión), y por lo tanto la facultad de sancionar a aquellos programas que vulneren los derechos de las personas mayores.

4. Aumentar por ley las atribuciones del SENAMA en lo referente a la coordinación con otras instituciones públicas en el manejo de programas que tengan como foco a las personas mayores (intervención directa y vinculante del SENAMA en cada uno de ellos).

5. Crear Direcciones Regionales de SENAMA (hoy Coordinaciones Regionales), entregándoles mayores atribuciones para trabajar en la región que corresponda.

6. Entregar a SENAMA la facultad de representar judicialmente a las personas mayores en caso de vulneración de sus derechos.

7. Que se implemente el Sistema de Alta Dirección Pública para el director, directores regionales, los jefes de división, y jefes de unidad.